comunidades

Cuando decimos “la iglesia” o pensamos en ella, solemos tener algunas imágenes parciales, pobres, desorientadas y equivocadas,  creemos que es el templo, los curas, monjas, quienes están más comprometidos, que es un ente lejano y arbitrario, un territorio, o valla a saber qué, pero entonces: ¿qué es la Iglesia?, ¿quiénes la forman?, ¿para qué está?, sólo intentando responder estas preguntas según la Palabra de Dios, los documentos magisteriales y la teología podremos comprender esta opción de nuestras parroquias de“vivir la fe en pequeñas comunidades eclesiales”, en los barrios.

 

Sin querer ser exhaustivo en  este tema, sencillamente extraigo unas frases del magisterio para esbozar una respuesta:

 

  • ¿qué es la Iglesia?  “Es como la luna, cuya luz es reflejo del sol; la iglesia, no tiene otra luz que la de Cristo” (CIC 748).  “Cristo es la luz de los pueblos. La Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (LG 1).
  • ¿porqué la Iglesia? “En todo tiempo y lugar ha sido grato a Dios el que le teme y practica la justicia. Sin embargo, Dios quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sin conexión entre sí, sino hacer de ellos un pueblo para que le conociera de verdad y le sirviera con una vida santa” (LG 9)
  • ¿Quiénes forman parte de la iglesia? “Se entra en el Pueblo de Dios por la fe y el Bautismo. Todos  los hombres están invitados al Pueblo de Dios, a fin de que, en Cristo, los hombres constituyan una sola familia y un único Pueblo de Dios” (CIC 804)
  • ¿para qué la Iglesia? “La Iglesia enriquecida con los dones de su Fundador y observando fielmente sus preceptos de caridad, humildad y abnegación, recibe la misión de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra germen y principio de ese reino…” (LG 5). “Ella existe para evangelizar; es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa Misa, memorial de su muerte y de su resurrección gloriosa” (EN 14).

 

Hay muchísimo más para decir sobre la Iglesia pero no es el tema de este artículo sino de intentar responder ¿porqué vamos a los barrios? ¿qué son las pequeñas comunidades eclesiales?

 

“En las pequeñas comunidades, sobre todo en las mejor constituidas, crece la experiencia de nuevas relaciones interpersonales en la fe, la profundización de la Palabra de Dios, la participación en la Eucaristía, la comunión con los Pastores y un compromiso mayor con la justicia en la realidad social de sus ambientes  (DP 640)”. “Fomentando su adhesión a Cristo, procuran una vida más evangélica en el seno del pueblo, colaboran para interpelar las raíces egoístas y consumistas de la sociedad y explicitan la vocación de comunión con Dios y con sus hermanos, ofreciendo un valioso punto de partida en la construcción de una nueva sociedad, “la civilización del amor” (DP 642)”. 

 

“Despliegan su compromiso evangelizador y misionero entre los más sencillos y alejados, y son expresión visible de la opción preferencial por los pobres. Son fuente y semilla de variados servicios y ministerios a favor de la vida en la sociedad y en la Iglesia. Pueden contribuir a revitalizar las parroquias haciendo de las mismas una comunidad de comunidades (DA 179)”.

 

Creemos de verdad que en pequeñas comunidades podemos vivir mejor nuestra misión de bautizados que en grandes comunidades donde se hace muy difícil estrechar vínculos nuevos y de verdad fraternos. En los barrios podemos dar testimonio, ser sacramentos vivos de su presencia, de su luz y así evangelizar: “La Buena Noticia debe ser proclamada, en primer lugar, mediante el testimonio” (EN 21); y ya que “la ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo” (EN 20), las pequeñas comunidades pueden generar un cambio cultural siendo células vivas y sanas de esta sociedad, germen del reino de Dios. La liturgia, caridad y catequesis vividas entre los vecinos del barrio como “pueblo de Dios”, hace que todos caminemos juntos con Jesús en un mismo Espíritu hacia el encuentro con el Padre. Todos aportan sus dones y carismas, haciendo presente el Cuerpo Místico de Cristo. Así la iglesia sí es un Gran Testimonio, un Sacramento Universal de Salvación para los hombres de hoy y  hace brillar Su Luz en el mundo. Acerca Su Luz a  toda la realidad comunitaria: jóvenes y niños, pobres, ancianos, solos y enfermos, familias con problemas, en duelo, etc. y con todos genera una comunión verdadera. Esto en definitiva es hacer la experiencia de las primeras comunidades donde evangelizaban con su testimonio por la vivencia de la caridad, la celebración de la fe y la esperanza que los movilizaba  (Hch 2, 42-47).

 

Hay mucho por hacer en los barrios en cuanto a la evangelización y no nos podemos quedar cómodos en la sede esperando que vengan: ¡hay que salir a buscar a los hermanos dando testimonio de que Jesús es nuestra LUZ, la razón de nuestra vida y la vida que nos colma de alegría! “La Iglesia no hace proselitismo. Crece mucho más por atracción: como Cristo atrae a todos a sí con la fuerza de su amor, que culminó en el sacrificio de la cruz, así la Iglesia cumple su misión en la medida en que, asociada a Cristo, realiza su obra conformándose en espíritu y concretamente con la caridad de su Señor” (DA  homilía del Papa Benedicto XVI). las comunidades de la parroquia son: comunidad juvenil: kairos,comunidad neocatecumenal,comunidad cristo vive,comunidad emmanuel.